Hace tres meses comenzamos a tomar clases de batería con Ignacio García: mi hijo de 7 años cada semana, y yo de forma más esporádica. Desde el inicio, ha sido una experiencia excelente. Elegí a Ignacio por su trayectoria reconocida como baterista en Chile, pero lo que más nos ha sorprendido gratamente es su calidad como pedagogo.
Mi hijo ha avanzado notablemente en estos meses. Está motivado, se divierte, y ya lee partituras con soltura. Ignacio tiene una capacidad admirable para ajustar el ritmo de la enseñanza según el ánimo y el interés del estudiante, sin perder de vista objetivos claros y estructurados. No sobrecarga, pero sí guía con propósito.
En cada sesión, además de la instrucción técnica, hay un espacio dedicado a hacer música. Ignacio permite que el estudiante elija piezas para improvisar sobre ellas, lo que genera un momento muy valioso de expresión y creatividad. Luego, entrega comentarios técnicos pertinentes y estimulantes, que enriquecen aún más la experiencia.
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