Lejos de lo que mucha gente piensa, las clases de yoga no sólo sirven para fortalecer los músculos o aumentar la elasticidad del cuerpo. El yoga es una técnica ancestral que tiene mucho que ver con el equilibrio mental. La experiencia obtenida a través de los sentidos y el cuerpo, actúan como finos hilos que se convierten en el tejido en construcción que somos.
El maestro B.K.S Iyengar nos enseña que las asanas imitan seres de la naturaleza y héroes de la historia hindú, para enseñarnos que la humildad nos permitirá adoptar los cambios que están en nuestra naturaleza evolutiva y que el abandono de la identificación física es la que nos acerca al Atman (el Ser Supremo).
Todo en el yoga, sobre la práctica en el estudio y asanas, nos expone (en distintos contextos y profundidad) que el despojo de la forma física con la que somos representados (ahamkara), nos otorgará la verdadera riqueza que es Samadhi (unión cuerpo-mente).
Con tu profesor de yoga aprenderás que este Sí mismo pese que habita en nosotros (Purusa) permanece oculto en oscilaciones mentales y estímulos sensoriales (externos e internos), solo el cultivo de la perseverancia y voluntad es lo que permite enriquecer la práctica a un nivel personal y transversal a los hábitos cotidianos. De esta forma, lo que comienza siendo un gran esfuerzo, dejará de serlo un día y nos permitirá elevar nuestra concentración a lo más profundo de nuestro ser.
Lo que siempre estuvo pero nunca fue tan visible como ahora, da significado a cavilaciones, instintos y sensaciones, otorgando dirección al conocimiento adquirido a diario y un involucramiento de las acciones espontáneas a este propósito. La practica tiene tantos beneficios físicos y emocionales que todo lo que aprendes en las clases de yoga se convierte en tu ejercicio mental diario.
La práctica de asanas nos acerca a unir la intelectualidad con el movimiento y hacerlo trascendente; interactuando, disfrutando y sufriendo nuestro constante oscilar, enriqueciendo no solo una práctica de yoga asanas sino la práctica diaria de vivir.
Se trata de adquirir este conocimiento del yoga en las clases y llevarlo a la realidad más sensible e interna del ser... Transformando la vida en una práctica dedicada y constante.