Cada que uno de mis alumnos ya no me necesita, es el mejor momento para mí, si bien los extraño luego, el hecho de que logren los objetivos que nos planteamos me llena de orgullo. Hago mi trabajo con mucha vocación, cariño y profesionalismo.
Cada que uno de mis alumnos ya no me necesita, es el mejor momento para mí, si bien los extraño luego, el hecho de que logren los objetivos que nos planteamos me llena de orgullo. Hago mi trabajo con mucha vocación, cariño y profesionalismo.
No tiene problemas en que uno le haga múltiples preguntas o si es que tiene que volver a explicar algo. Enseña de corazón y se preocupa de que comprendamos el contenido.