Mis clases se basan en la idea de que la argumentación nace de una revisión bibliográfica sólida, capaz de sostener ideas razonables, comprensibles y, por lo tanto, posibles de escribir con claridad. Enseñar a escribir no es solo enseñar a redactar, sino a pensar con rigor y comunicar con precisión.
La comprensión lectora es el punto de partida: solo quien entiende verdaderamente un texto puede r...
Mis clases se basan en la idea de que la argumentación nace de una revisión bibliográfica sólida, capaz de sostener ideas razonables, comprensibles y, por lo tanto, posibles de escribir con claridad. Enseñar a escribir no es solo enseñar a redactar, sino a pensar con rigor y comunicar con precisión.
La comprensión lectora es el punto de partida: solo quien entiende verdaderamente un texto puede reconocer su estructura, la relación entre las ideas y la forma en que el lenguaje organiza el pensamiento. A partir de esa comprensión, el estudiante aprende a construir textos académicos coherentes, entendiendo que toda escritura es una representación ordenada del conocimiento.
Concibo la escritura académica como un ejercicio que debe quitar de la ecuación al autor para dejar hablar a las ideas. Estas se expresan desde la apropiación crítica del contenido y se desarrollan sobre una estructura concreta, limpia y precisa.
En mis clases enseño a decir mucho con pocas palabras, a encontrar la exactitud y la pertinencia del lenguaje, y a construir textos donde cada palabra cumpla un propósito. La claridad no significa simplificar, sino hacer comprensible lo complejo a través de un pensamiento organizado y una escritura sólida.
Ver más
Ver menos