Mi metodología de enseñanza se fundamenta en un principio esencial: la confianza. Aprender a nadar no solo implica adquirir técnicas, sino también desarrollar seguridad en el propio cuerpo y en el entorno acuático. Por ello, mi enfoque prioriza que cada alumno conozca el agua, se sienta cómodo en ella y logre disminuir progresivamente cualquier temor que pueda existir.
Para las etapas iniciales...
Mi metodología de enseñanza se fundamenta en un principio esencial: la confianza. Aprender a nadar no solo implica adquirir técnicas, sino también desarrollar seguridad en el propio cuerpo y en el entorno acuático. Por ello, mi enfoque prioriza que cada alumno conozca el agua, se sienta cómodo en ella y logre disminuir progresivamente cualquier temor que pueda existir.
Para las etapas iniciales, comienzo trabajando patadas fuera y dentro del agua, lo que permite familiarizarse con el movimiento y la flotabilidad sin presión. Posteriormente, incorporo ejercicios de respiración, adaptados a la edad del alumno. En los más pequeños, utilizo juegos que implican buscar objetos bajo el agua, lo que facilita de manera lúdica la práctica de la respiración y la inmersión.
A medida que avanza la confianza, se integran patadas con tablas y ejercicios de inmersión gradual del rostro, reforzando siempre la calma, el control del aire y la seguridad personal. Estas actividades permiten completar una fase básica fundamental, donde el estudiante aprende a manejar su cuerpo en el agua y a controlar el miedo.
Para aquellos que ya han superado esta etapa inicial, se avanza hacia un trabajo más técnico: perfeccionamiento de patadas, brazadas y coordinación general, progresando paso a paso hasta alcanzar un nado completo, fluido y eficiente.
Mi objetivo es que cada alumno, independiente de su edad o nivel, encuentre en el agua un espacio amigable, seguro y motivador, construyendo bases sólidas para un aprendizaje duradero y una experiencia positiva en la natación.
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